1 de diciembre de 2009

Volando de la casa a la escuela

Hace tiempo que circula por Internet un reportaje sobre un grupo de escolares de Colombia que, para acudir al colegio, tienen que atravesar cada día un precipicio de más de 200 m. Con un frágil arnés se cuelgan de una oxidada polea que discurre por un cable de más de 800 m. Para amortiguar el golpe de la caída utilizan una pequeña horquilla que cruzan con la polea. La misma aventura cada día para ir a la escuela y para volver a sus casas.

Resulta emocionante ver a esas criaturas poniendo en juego sus vidas para poder aprender.

Los padres y madres de estos niños/as ¿creéis que valoran más la educación que van a recibir que el riesgo del viaje?

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C.E.I.P TIERNO GALVÁN